transformado


privatizamos el coche

conmovido mi papá me regaló su bicicleta
alarmada mi mamá donó 1 casco

bere la luz que parpadea

y en bici ví que vivo
en lo mas bajo de un valle
por eso siempre es más fácil
regresar

y me volví
ciclista anarquista banquetero
saltatopes antisemaforista profanador
de distribuidores viales y cruceros

la ciudad
deporte eXtremo

obvio


Todos los coches matan.
Unos llegan y ¡paz! Te matan.
Otros desde lejos te envenenan.
O se instala en tu futuro una gasolinería.
O algún imbécil dinamita un país por petróleo.

Todos los coches matan.

También las drogas matan
y por eso las prohíben:
posesión de drogas: cárcel,
posesión de coche: status

además,
puedes pagar el teléfono
comprar hamburguesas
o asesinar a alguien
sin bajarte de tu coche.

y tu eres bueno
original y amable
quieres a los niños y a los perros
hasta podríamos ser amigos

pero te subes a tu coche
y te vuelves

chofer – conductor – chafirete loco
el cerebro masticado por el locutor
hasta que terminas repitiendo como loro
que el mundo estaría mejor sin marchas,
ni topes, ni semáforos, ni más cruces
que las de los peatones muertos

y sueñas con un paraíso de high-ways
y con hacer quince minutos
a cualquier parte del universo.

tormenta


militarizada
la ciudad
es + silenciosa

es por tu seguridad
dice el oficial
que palpa tu trasero

en caso de peligro
la PFP armada
en coyoacán
un domingo
usará sus armas
y será el peligro

por tu seguridad
encierra T.
en tu casa

nosotros nos deslizamos
entre la tira que con lanzallamas
vigila que no arda la Roma

a buscar una estatua
para escribir poemas

y en la ciudad
militarizada
el llover de la lata
contra el cemento
suena como a tormenta

aroma


a finales de invierno se desazolva el drenaje de la ciudad,

Cuando las noches se hacen cortas,
el ejército de la dirección general de obras públicas
se despliega por las calles
y desaparece dentro de lo más apestoso.

Hay un cañón de aire que avienta chingadazos
de solvente contra los tapones más manchados

Cuando resulta, todas las coladeras de la colonia eruptan de golpe
y una peste densa y pegajosa entra rasgando las cortinas
de los chilangos inocentes que duermen con la ventana abierta.

huele a pan!

Hay unos hombres máquina que caminan por los tubos,
siguen con paciencia algún despojo que flota como caimán sobre el agua negra, y donde se detiene sumerge las dos manos y desprende una costra tóxicaplasticokakastringente

Hay otros con cucharrillas largas y carretilla
que destapan coladera por coladera, calle por calle,
y casa por casa piden cooperacha pa'l desazolve.

todos logran lo mismo
remover la capa superior de la mierda fundamental
donde se enraizó el nopal para que viniera un águila
a merendar serpiente

huele a pan.

referencia


Las peseras son constantes en el caos.
Siempre son peligrosas.
Te rebasan zumbando.
Se pueden detener en cualquier momento
y bajar pasaje en el manubrio de tu bici.

Se abren o se cierran más o menos cuando les da la gana,
y siempre siguen la misma ruta.

Siempre actúan como lo que son:
obreros de la calle, arrieros del nuevo milenio,

saben que conducen veintenas de compañeros de clase
y que por lo tanto tienen prioridad sobre la señorita
que se levantó tarde para llegar al ITAM,
y sobre la señora del camión blindado que tiene prisa
por recoger a los herederos al cole,
y que se sienten con derecho a dar vuelta a la derecha donde sea,
por encima de peatón joven o viejo, exepcional o exepción,
y sólo sienten respeto por estas ballenas del proletariado,
amparado en las cuales un ciclista puede seguir confiado
su camino sobre División del Norte,
sin ser asesinado en el cruce con el Eje Central.

tlalpan


Tlalpan es un muro.

la mejor manera de cruzarlo es por el carril de contrasentido
en el eje 8 sur, donde deja de ser Iztapalapa y se vuelve
popocatépetl.

primero te fijas, y si no viene camión,
te avientas por la bajada, sin dejar de apurar
los pedales, y entras al sonoro reverberante seco del puente
que da vuelta a la izquierda y luego a la derecha
y es un túnel, la luz del día se queda afuera
y es como una capilla para la máquina
sientes que estás donde no debes
que no debes ver esos graffittis,
esa cuarteadura, la gotera de aguaceite,
los rostros monstruos de los conductores
el zumbido ruido de lámpara amarilla

siempre hay que gritar cuando pasas por un puente

cuánto ruido hace tanta gente callada

el grito acaba tomando aire porque viene la subida
y ahora el túnel es una amenaza que respira camión

no quieres detenerte.

así que parado en los pedales y sin perder vuelo
salta la cadena de la estrella grande a la pequeña
vuelta a la izquierda y el cielo? los cables?
propaganda electoral? los árboles?
y sales del subsuelo en la parte más sabrosa de Portales.

receta

me dolían los güevos espontáneamente.
así sentado fumándome un cigarrito, y de pronto,
ayayay...
el relámpago pegándole al alfiler caliente
que me los atraviesa
un dolor tan contundente que ni chance de gritar,
tan inmediato,
que no da tiempo de desmayarse
cuando ya pasó,
como mala noticia.

Mis amigas me advirtieron de la existencia
de miles de enfermedades que empiezan con ese síntoma
todas dolorosas, humillantes.

Me asusté y busqué un guevero. Luego me dijeron,
se llaman urólogos.

Y encontré uno que atiende muy cerca
del taller de bicicletas así que saqué una cita
y fui a que me la engrasaran.

(a la bici)

es muy sabio el maestro que arregla bicis.
nomás la vió y me dijo:

le voy a bajar el asiento
porque si no te van a doler los güevos.

(y ya no fui al urólogo)

d. bajada

erizo
un hueco en el humo
acumulo en saco roto
todos me gritan pendejo
en mis oidos de cantinero
tampoco es para tanto
repito como mantra
mientras busco el rizo
de humo que conecte
mis neuronas nomás bostezo
erizo busco el rezo
que me espante el sueño
para poder soñar
porque dormido no sueño
sueño cuando camino
cuando bajo en bici como rayo
por Copilco,
cuando sudo
sueño

naturales

los perros caminan
no contaminan
la k.k. no es tan sucia
como la gasolina

denuncia


ayer
me atropelló un taxista
bien buena gente.

perdóname, decía,
se le salían los ojos
del espejo colgaba
un zapato

buena gente.

yo escuchaba sólo el grito
de una señora

la que paró al taxi.

una nube se frota la entrepierna
contra la antena
de este edificio estúpido
que nunca había visto
desde tan abajo

la señora salió del trabajo
y está trabajando el taxista
yo solo paseaba
pensando en cuanta gente muere asesinada
por buena gente que pensó que pasaba

el taxista se distrajo
por dar el banderazo
así que el taxímetro corre
a la sombra del zapato
setentayocho centavos
por cada minuto
que no perdone.

"perdóname rápido"

buena gente.

Yo estoy bien
un agujero en la chamarra
un raspón en la rodilla
pero nunca me había sentido
con tanto derecho a quedarme
tirado en la calle

un rato

retruécanos


si te fijas bien
en los retruécanos del camino
vas a checar las fisuras
por donde ese otro mundo que es posible,
traspasa hacia este mundo,
--el imposible--
justo a tiempo para evitar que se te asambleize el cerebro,
se te escinda la voluntad,
o tus tripas empiecen a hacer proselitismo
y te grillen el alma

N A D I E
para presidente

(huele a pan)